PROLOGO 6: EL EQUIPAJE

Aun queda mucho para marchar, ni siquiera tengo comprado el billete de avión, pero ya uno empieza a calcular que cosas tendré que meter en el equipaje, que no es que te vayas a Torremolinos a pasar el fin de semana precisamente... La tentación es decir aquello tan emotivo y poético de "llevaré en mi maleta un cargamento de ilusión y una pizca de locura" pero... la verdad lo que me pide el cuerpo es decir que por mi me llevaba un tonel de gazpacho, que no es tan literario pero está mucho mas rico. Eso si, dudo mucho que en la frontera esos señores tan simpáticos de inmigración me permitieran, entre grito y grito, ese trafico de sabores mediterráneos, imagino que para prevenir una lenta pero imparable invasión que terminara en un golpe de estado gastronómico. Y es que , ustedes señores norteamericanos ,tendrán muchas cosas pero entre un gazpachito y un "Whopper con patatas extra de queso" , no hay posible resistencia, terminaríamos en una absoluta evangelización.
Entonces, descartada ya la opción culinaria, te asaltan las dudas... ¿Podré encontrara algun tapón de oidos que me preserve mis timpanos y por extensión mis nervios del reguetton tan habitual por esos lares? ¿ Será obligatorio comprarse una gafas de sol tipo Horatio del CSI de allí para adaptarme al medio? Como hay tanta playa, ¿tendré que conseguir una riñonera para meter el móvil y los dólares para cuando vaya a ir al chiringuito? ¿Como se dirá chiringuito en ingles...? ¿dirty beach bar? .
No, no es tarea sencilla, hacer tu equipaje cuando te vas tanto tiempo. Si es cuando te vas una semana y terminas poniendo toda tu ropa, calzado y objetos varios encima del sofá esperando que teniendo una visión global por alguna mágica revelación ,se te aclaré la cabeza y sepas decidir entre el vaquero corto o el largo o la camiseta azul o la verde oscura ( terminas llevándote las cuatro, por supuesto... de ahí los habituales palos por sobrepeso en el aeropuerto ) , imagina cuando te trasladas por tanto tiempo a un país con un océano por medio.
Pero bueno, mientras me decido me cogeré "el cargamento de ilusión y la pizca de locura" y al menos eso sé que lo puedo llevar el equipaje de mano.